Agrupación de seres poliédricos que se juntan para estar y de esta manera ser (conscientes) de la longitud de los días y del enorme entusiasmo que atesoran.
Lo que empezó hace cinco años como una sucesión de reuniones sin objeto, en las que básicamente se rascaban la espalda, cantaban habaneras y jugaban a pillar, ha derivado hacia una frenética e infatigable actividad que va dejando diferentes resultados. Entre ellos destacamos campeonatos de bolo alavés, encendidos debates de ventana a ventana, toque de campanas, danza africana, talleres de mimetismo y ebanistería e incluso la creación y exhibición de alguna pieza escénica.
Sus representaciones se realizan en cualquier lugar, rara vez en un teatro, aunque no se niegan a ello.
Nunca recibieron galardón ni mención especial. La ausencia de grandes propósitos y la deriva hacia el fracaso sin perder el entusiasmo les permite conocer el éxito sin moverse de casa.
